miércoles, 26 de diciembre de 2012

La rabia del pueblo


El presente es un texto largo, en la primera parte se realiza una crónica de lo sucedido en Acampada Revolución, San Lázaro y Bellas Artes y de regreso al primer punto. No es un solo punto de vista sino que se vio nutrido de experiencias de diferentes personas vertidas en sustime line de twitter, de quienes prefiero obviar nombres. La segunda parte, más breve, es una serie de reflexiones sobre dichos acontecimientos y algunos cuestionamientos. Tiene diferentes subtítulos para ubicar cada una de sus partes. Esta advertencia sobre la extensión del contenido del texto puede también incluir una advertencia de otro tipo: puede generar sentimientos tendientes a la frustración y el enojo, pero también intenta aclarar imprecisiones y tender relaciones entre diferentes informaciones que se han venido generando.
(Para esta reconstrucción se tomaron las horas aproximadas en que fueron publicados tweets de personas presentes en cada uno de los momentos reseñados).

Crónica de una larga jornada de resistencia.

Acampada Revolución
3:55 h Concentración en el Monumento a la Revolución. Había congregadas aproximadamente 80 personas, la mayoría reunidas en círculos pequeños.
Al centro, un hombre tocaba la guitarra y cantaba en alguna lengua originaria, posiblemente náhuatl, frente a él otro hombre tocaba percusiones y animaba a los presentes. Al lado de éste, un hombre con una flauta transversa acompañaba la música. Hubo cuatro o cinco participaciones de raperos, que abordaron la problemática política y la situación de la protesta convocada. Llegaban más personas.
4.28 h Los ánimos iban en aumento, la multitud comenzó a lanzar consignas ¡Zapata vive, la lucha sigue! Los organizadores pidieron a la gente que se colocara “de cinco en fondo” para formar el contingente. Llamaron a la comisión de defensa para que se situara en la parte frontal. Esta comisión estuvo integrada por aproximadamente 20 hombres que improvisaron algunos escudos con madera y otros materiales, traían tubos o palos como medio de defensa. Se llamó también a la comisión de primeros auxilios. Utilizaron una manta de aproximadamente seis metros para delimitar el contingente por el lado derecho. Sin embargo, las personas congregadas no acataron con precisión las indicaciones y simplemente se compactaron un poco más. No se dio a conocer la ruta ni cuál sería el plan de acción la momento de la llegada. Unos diez minutos más tarde, inició el avance por Buenavista.
El contingente marchaba por el carril del metrobús, luego, abandonó este carril y tomó los de extrema derecha, hasta el Eje 1 Norte por donde se continuó . El contingente estaba formado por no más de 400 personas que gritaban consignas todo el tiempo. La gran mayoría eran jóvenes, algunos casi adolescentes. Muy pocos de edad media y aparentemente nadie de mayor edad. Se escucharon las consignas de la UACM, del Politécnico, Goyas de la UNAM, la Facultad de Filosofía y Letras, de Prepa 6, entre otras.

Al cruzar Reforma, muchos autos sonaron sus cláxones en señal de apoyo. El contingente parecía más pequeño, pero en realidad estaba abarcando más carriles. La actitud de estas personas denotaba que estaban a la expectativa, ante cualquier ruido, ante cualquier atisbo de luces de patrulla. Se percibía un fuerte olor a gasolina en algunos puntos.
5.05 h  En Eje 1 y Soto, se detuvo el contingente, al parecer, por precaución, pues a lo lejos se veían algunas patrullas. Éstas sólo estuvieron vigilando en varios puntos a lo largo del trayecto de la marcha. La ciudad aún dormía, a esa hora, sólo se detuvo momentáneamente a algunos autobuses en contraflujo. Los pasajeros miraban hacia afuera con impaciencia. El trayecto por La Lagunilla y Tepito se completó sin contratiempos, continuando hasta llegar a Congreso de la Unión, entonces el grito fue “Ya vamos llegando el Congreso está temblando”.
5:55 h El contingente dio vuelta en Eduardo Molina y estaba a escasos kilómetros del Congreso.

San Lázaro
6.16 h El contingente se detiene un poco más adelante de Lecumberri, muy próximos a la zona donde cruza el canal del desagüe y donde también da vuelta y se convierte en subterráneo el puente de la línea B del Metro que conecta la estación San Lázaro con Morelos. Aún era de noche. Había varios autobuses y un nutrido grupo de personas reunidas provenientes del sureste. Eran maestros de la Sección 22 de siete regiones de Oaxaca. Por medio de un equipo de sonido local, daban instrucciones para formar los contingentes y continuar el avance. Amanecía. Había puestos de tamales, y muchos se movieron para buscar algo que desayunar.
7:00 h Ya había amanecido, el contingente se reagrupó y comenzó a avanzar sobre Eduardo Molina, cuando estaba a la altura de la terminal Tapo, un grupo de al menos 20 personas comenzó la acción directa, golpearon el cerco metálico buscando un punto donde vulnerarlo. Se derribaron dos placas, inició el intercambio de molotovs vs. latas y granadas de gas. Un hombre joven se trepó a un poste y desde ahí jalaba las placas, gritaba y hacía señas a los granaderos. Una mujer con el rostro cubierto comenzó a lanzar pintura roja a las placas metálicas. La mayor parte del contingente se alejó del cerco y ocupó los carriles del otro sentido. Algunos corrían mientras que otros pedían no correr y estar alertas, buscaban ponerse a salvo. Las nubes de gas llegaron hasta la salida del metro de la Línea B, varias personas que sólo pasaban por ahí estaban atrapadas por las nubes de gas y sin tener ningún medio de protección. Los manifestantes les brindaron apoyo.
7.40 h El grueso de los manifestantes se replegó, ya que los gases fueron disparados directamente. El grupo de acción directa se mantuvo lanzando objetos en la zona inmediata al cerco y sin embargo los granaderos siguieron lanzando gas al grueso de la multitud. Los contingentes de la Sección 22 continuaban en el mismo punto, si haber avanzado. Pedían calma y cesar las actividades. El puente peatonal era una especie límite. Al interior del cerco en las partes vulneradas anteriormente, levantaban o sustituían las placas de los huecos.

8.00 h La actividad para vulnerar el cerco se centró en la parte justo debajo del puente del metro donde se intersectan las calles de Molina, Zapata y Artilleros. Los gases subían hasta el puente y seguramente afectaron a quienes viajaban. Varios convoyes redujeron la velocidad, algunos dieron señales de apoyo, otros simplemente observaban lo que sucedía abajo donde unos 40 manifestantes continuaban con la acción directa.
8.20 h Arribó el Frente de Pueblos por la Defensa de la Tierra, un contingente también pequeño, los voceros habituales y algunas personas más. Se mantuvieron en la retaguardia y a la expectativa.
La zona de acción y reacción estaba delimitada casi inconscientemente, abarcaba más o menos 120 metros cuadrados próximos al cerco, la actividad continuó arreciando, lanzaron incontables bombas molotov, muchas de las cuales se estrellaban en el cerco y lo incendiaban momentáneamente. Usaron también ganchos con cuerdas para intentar derribar el cerco. Del otro lado, la policía contaba con extinguidores, aunque en algún momento, un manifestante también se acercó con un extinguidor. Algunos oradores utilizaron el sonido local para hacer un llamado a apoyar a “los compañeros del 132” (así se había identificado al contingente con el que llegó el grupo que ahora enfrentaba el cerco) e impedir así la imposición de Peña Nieto, otros pedían se reagruparan los contigentes y se mantuvieran en calma. Utilizando un pico, algunos de los involucrados en la acción directa rompieron una banqueta, estrellaban los pedazos mayores en el asfalto para hacer proyectiles más manejables. Seguían arrojándolos al otro lado del cerco y muchos de esos proyectiles volvían. Al igual que las latas y bombas de gas que se lanzaban hacia los manifestantes. Hubo quienes, aún sin protección en las manos,  tomaban las latas o granadas de gas y las lanzaban de regreso a los granaderos o al canal. Lograron derribar una lámina del cerco que fue arrastrada por cinco o seis personas hacia la retaguardia. En ese punto vulnerado se concentró el lanzamiento de proyectiles. Periodistas iban y venían, muchos de ellos con los ojos y nariz irritados, la garganta cerrada y síntomas de nausea. Se corrió la voz de que ya estaban disparando directamente con balas de goma. Este recrudecimiento de la represión coincidía con la cercanía del momento de la toma de protesta al interior del Congreso, lo cual se anunció en el sonido local. Muchos del grupo de acción directa retrocedían con la finalidad de limpiarse el rostro y contrarrestar los efectos de los gases, que poco a poco comenzaron a nublar el paisaje y extenderse a zonas aledañas afectando al enorme bloque de manifestantes que esperaba en Eduardo Molina y también, según reportes de periodistas al interior del Congreso, llegó hasta allá. En algún punto cercano a las nueve de la mañana, se utilizó un camión de basura para impactarlo en la parte vulnerada del cerco.
Las personas que seguían de cerca las actividades, al estar cercanas al punto vulnerado del cerco, tenían que mantenerse en todo momento a la expectativa pues la lluvia de gases pimienta se mantuvo casi tres horas. Durante todo ese tiempo no se interrumpió el paso del metro arriba de la zona de conflicto. Personas solidarias de los alrededores, vecinos y manifestantes, acudían con atados de botellas de agua y de coca cola para las personas que se encontraban al frente, que eran las más afectadas por los gases y también los que se mantenían atrás.

Se habló ya de varias personas heridas. Cada que alguno de los manifestantes era lastimado de gravedad, un grupo de entre seis y ocho personas lo cargaba y lo llevaba a la retaguardia donde los paramédicos de tres ambulancias prestaban auxilio a los heridos graves. En una calle aledaña, otras personas, posiblemente parte de la comisión de primeros auxilios de Acampada Revolución atendía a personas lastimadas e intoxicadas. Se dio a conocer que dos compañeros recibieron disparos en el rostro y cabeza. Otros lesionados fueron alcanzados por las balas de goma mientras cargaban a un herido y se encontraban en retirada.
10.40 h Se dio la confirmación de la muerte de un manifestante. Se rumoraba que era miembro de la Sección 22 (posteriormente se aclaró que esta persona pertenece a La Otra Campaña y permanece en coma inducido) y dado que se contaban más de 16 heridos graves se acordó la retirada táctica. Sin embargo, hubo un pequeño grupo que no tenía intención de retirarse y continúo en la refriega. Para ese momento, gran parte del mobiliario urbano de la zona, así como las casetas de Telmex habían sido destruidos.
Rumbo al Zócalo
11 h Alrededor de esta hora se leyó el pronunciamiento de la Convención Contra la Imposición y se inició la marcha de todos los contingentes ahí reunidos con dirección al Zócalo, lugar donde se anunció ya se dirigía Peña Nieto. Los contingentes mayores de sección 22 y demás que ya se habían congregado en Eduardo Molina avanzaron. Quedaron rezagados algunos medios de comunicación y algunos grupos pequeños de manifestantes que no pertenecían a algún grupo en particular. En la retaguardia de la marcha, fue donde se ubicaron las personas que, luego de haberse procurado palos y tubos, (algunos de ellos fueron desprendidos de una cancha de futbol rápido ubicada en el parque frente a Lecumberri) avanzaban rompiendo todos los semáforos, cabinas de Telmex y mobiliario urbano a su paso. Varias de las señales de tránsito atacadas habían sido marcadas o graffiteadas previamente. Algunos manifestantes intentaron mediar con ellos, pero avanzaban y se perdían en la multitud, para luego volver a las orillas. Incluso hubo dos gasolineras en Av. del Trabajo donde también pretendieron derribar las tomas, pero fueron disuadidos por los manifestantes y vecinos que les gritaban desde las ventanas de sus casas. Lanzaron piedras a los cristales de un almacén de una dependencia de gobiero relacionada con asuntos agrarios, en ese momento, se vio a varios elementos de seguridad del inmueble bajando las escaleras. Al frente, personas que veían la marcha desde sus ventanas daban muestras de apoyo.
Al llegar a la zona de Tepito y Lagunilla (Eje 1 Norte) las personas que estuvieron causando daños se perdieron entre la multitud de la marcha, en algún punto se había unido un contingente del Partido Comunista de México, quienes avanzaban en hileras con mayor orden que el resto de los contingentes. Gran parte de los manifestantes marchaban pacíficamente, algunos continuaban gritando consignas, como “Tepito escucha, esta es tu lucha”. En algún punto, personas de esta colonia popular y aguerrida, se interpusieron entre los manifestantes y policías mostrando así su apoyo. Se podía distinguir a las personas que habían estado más expuestas a los gases ya que tenían en el rostro o la ropa manchas de antiácido disuelto en agua. Muchos de ellos mostraban ya signos de cansancio, luego de una jornada muy larga, aunque apenas era medio día.
La emboscada
Al dar vuelta en Eje Central, las personas con tubos y palos que iban destruyendo semáforos y cabinas telefónicas volvieron a las orillas y continuaron con su tarea, reaccionaban con agresividad, estaban muy exaltados y con energías renovadas. Después de pasar por Garibaldi, se pudo avistar que había un grupo aparentemente de granaderos tras la marcha. Los que traían tubos se lanzaron sobre un Oxxo y rompieron cristales, en ese punto los manifestantes apuraron el paso pues era claro que los granaderos o policías que venían detrás reaccionarían ante la provocación.
12.30 Al pasar por 5 de Mayo había otra valla de policías o granaderos que bloquearon el paso, por lo que forzosamente se avanzó hasta Madero. Aparentemente el contingente se había dividido en tres grandes bloques, uno de ellos se rezagó, otro estaba flanqueado a la izquierda por policía y a la derecha tenía la explanada de Bellas Artes, y el del frente que se movió hacia Madero y Juárez.  En ese punto, un grupo de personas del bloque central al sentirse emboscado jaló una serie de boyas para el tráfico con la intención de prenderle fuego, muchos manifestantes corrieron hacia Av. Juárez donde personas del Frente por la Defensa de la Tierra trataban de reagruparse y reorganizarse.  Los granaderos que cortaron el paso por detrás a la marcha lanzaron gas pimienta, lo que causo pánico entre los paseantes de la zona y los manifestantes recién llegados. Muchas personas se alejaban rápidamente por calles aledañas.  Algunos provocadores continuaron rompiendo cristales, entre estos los del Sears, sacaron mercancía y la tiraron al piso. Personas con el rostro cubierto intentaron levantar artículos, sin embargo, algunos manifestantes gritaron para impedirlo “Nosotros no robamos, no somos el PRI”. En medio del caos un joven manifestante gritó entre lágrimas “Hay que ir para el Zócalo sino no sirvió de nada San Lázaro”, detrás seguían escuchándose detonaciones y grupos de granaderos comenzaban a acercarse.
Represión y más represión
12.45 En el Hemiciclo se encontraban otros manifestantes pacíficos convocados por el colectivo Bordados por La Paz, entre ellos algunos niños. Muchos pañuelos bordados se perdieron en la confusión y otros fueron utilizados para protegerse el rostro y evitar respirar los gases. Según reportaron tuiteros presentes en ese sitio un niño preguntó “si eso era la guerra”, pues el colectivo junto con todos sus materiales tuvieron que replegarse rapidamente, al darse en esa zona un nuevo enfrentamiento entre posibles provocadores, policía de tránsito y policía del DF. Mientras tanto, en puntos cercanos, manifestantes pacíficos eran reprimidos violentamente. Algunos contingentes lograron reagruparse en sitios aledaños como la glorieta del Caballito, otros manifestantes ya dispersos, se dirigieron a Reforma para no verse involucrados con los grupos que continuaban enfrentándose a la policía.
1.13  Sobre Av. Reforma, se desplazó un grupo de diez a quince personas con palos y tubos que rompieron cristales de hoteles, oficinas de gobierno, bancos y negocios de trasnacionales y realizaron pintas con aerosol, continuaron rumbo al Insurgentes. Detrás venía un contingente un poco más grande al cuál seguía de cerca un grupo de policías,  el contingente dio vuelta en la calle Ramírez rumbo al Monumento. En esta intersección se dio un nuevo choque, algunos manifestantes fueron aislados por policías. Otros grupos de policía venían detrás y continuaron su camino rumbo a Insurgentes, siguiendo a los que rompían cristales. Hasta el momento no hay información precisa de si hubo aprehensiones en esta zona y si realmente fueron integrantes de este grupo violento. Manifestantes que trataban de alejarse de la zona de conflicto y habían llegado a ese punto, gritaban “Represión, represión” al otro lado de la avenida. Un pequeño grupo logró llegar al Monumento donde levantaron barricadas, mientras llegaban más policías que los mantuvieron sitiados hasta muy entrada la tarde.
17:30 h  Integrantes de la Acampada Revolución, con evidentes muestras de cansancio y preocupación, informaron que levantarán el campamento y darían un comunicado a las 19.30 hrs.
Reflexiones
Vulnerar el cerco
Es necesario comenzar a distinguir los diferentes momentos y participantes de esta larga jornada, hubo grupos muy numerosos que pensaban en la manifestación pacífica y estaban decididos a apostarse en diferentes puntos del Congreso, otro grupo de no más de 50 personas (entre ellas el Bloque negro), que tenían como objetivo responder a la provocación y la violencia estructural del gobierno federal que delimitó de manera indignante el Congreso, creando un cerco, a ellos se unieron personas que en ese momento decidieron cuál sería su papel político e histórico y participaron en la acción directa. Otro grupo muy heterogéneo que actuó directamente sobre el mobiliario urbano a lo largo de la marcha hacia el Zócalo y generó episodios de provocación y enfrentamiento que justificaron la represión a  grupos pacíficos de manifestantes y paseantes de la zona del Zócalo y Bellas Artes. Por lo tanto es necesario analizar desde diferentes puntos de vista los actos de violencia y sus objetivos, mientras que uno se muestra reivindicativo el otro apunta a la generación de conflictos y represión.

El Bloque negro y los “otros grupos”
Como saben, este tipo de grupos no utiliza violencia contra manifestantes o civiles, sino contra símbolos de poder político: el cerco y los comercios relacionados con políticas neoliberales y a modo de defensa, contra la policía. Sobre su actuación, hay evidencias claras de que el Bloque Negro participó activamente en el cerco, por ejemplo en las imágenes del camión de basura. En los actos de destrucción de mobiliario urbano en la zona del conflicto es impreciso decir que fue un objetivo directo de ellos, ya que principalmente se les vio en la zona del cerco. En los actos de destrucción ya reseñados se vio a personas de vestimentas muy variadas. Sería muy impreciso señalar que fuera un grupo en particular o grupos coordinados, como algunos medios lo han sugerido. Si se llegara a tener las imágenes de las cámaras de vigilancia habitual del DF, se podría dilucidar la trayectoria de los diferentes grupos de personas.
Lo que resulta evidente es que hubo al menos un grupo que logró actuar con mucha habilidad, o si se prefiere, mucha libertad, para abarcar una zona tan grande y desplegar tal esfuerzo físico. Otro punto interesante sería la ausencia de consignas particulares de estos grupos. Aunque sí existieron diferentes pintas en puntos estratégicos y objetivos posibles de grupos anarquistas, estos hechos aún no han sido autoadjudicados, como es la costumbre de estos grupos anarkos.
Las fuerzas de seguridad
Los granaderos apostados en la zona donde se vulneró el cerco de San Lázaro, en su mayoría no tenían protección suficiente para protegerse de los gases que ellos mismos utilizaron. Evidentemente tampoco tenían una clara estrategia para actuar y contener al grupo de acción directa y distinguirlo de los manifestantes reunidos con intenciones pacíficas.
Los elementos ubicados en el primer cuadro de la ciudad fueron ejemplo de saña y violencia, al amedrentar, golpear con brutalidad y detener ilegalmente a cuanta persona pudieron. Afortunadamente, gran parte de los manifestantes y población en general actuó solidariamente para defenderse de ellos, desgraciadamente, muchas de estas personas solidarias son las que ahora están privadas de su libertad injustamente.
Respecto a la actuación de policías y granaderos quedan diferentes dudas ¿No se supone que los elementos de las fuerzas de seguridad han sido capacitados para actuar conforme a derecho y contener a provocadores en las manifestaciones? ¿Por qué razón no lograron aislar a las personas que estaban generando conflicto, si incluso había agentes tomando fotografías por todas partes? ¿Por qué hubo personal vestido de civil realizando detenciones? ¿Cómo es que habiendo tantos elementos no se dio ninguna orden para que se protegiera a paseantes y manifestantes pacíficos de los provocadores, y muy al contrario, actuaron contra todos ellos? ¿Es tan difícil distinguir a alguien que se manifiesta pacíficamente de alguien que no? [Un tip los provocadores traían piedras o palos] ¿Por qué esta vez no aplicaron el operativo de protección a propiedad privada que en otros casos sí se ha desplegado? ¿Por qué se reprimió a grupos concentrados e inmóviles mientras que los pequeños grupos conflictivos se trasladaban con relativa libertad y pudieron, incluso operar en una zona muy amplia? ¿Se puede atribuir al cambio de poderes el que las fuerzas de seguridad hayan actuado de forma tan represiva y fuera de protocolo o más bien se apuntaría a una estrategia de disuasión?
A cuatro días del #1DMX mucha información ha salido a flote:

La llegada de camiones la noche del 30 de noviembre, con grupos de choque cuyo objetivo era atacar a integrantes del movimiento 132.
La formación de pequeños grupos de choque con personas vestidas de civil que se organizaron al interior del cerco en San Lázaro.
Numerosos videos de abusos por parte de la policía en donde golpean, aíslan y detienen a personas de cualquier edad y apariencia. Pero enfáticamente hacia jóvenes con apariencia de “activistas”.
Las detenciones arbitrarias hacia personas que estaban manifestándose pacíficamente en las calles de Filomeno Mata y Cinco de mayo. Quienes ahora son conocidos como los presos políticos #1DMX.
El acoso de las fuerzas de seguridad a los familiares y abogados de las personas detenidas en el Ministerio Público 50, quienes fueron atemorizados y privados de su libertad.
La reiterada negativa de las autoridades de la Ciudad de México a proporcionar los videos de las cámaras de vigilancia ¿Si no es para proteger a los ciudadanos, para qué son?
Los excesos en los cargos y posibles penas que han imputado a las personas detenidas injusta y arbitrariamente. Además de su remisión casi inmediata al RENO y Santa Martha.
Las denuncias de posible tortura y golpes hacia los detenidos.